Y ahora, las peores, quienes despedirán a su asesora de imagen o no se miraron lo suficiente al espejo.
Empezaré por la actriz de Mad Men, Christina Hendricks, que eligió un modelo azul de L’Wren Scott. Todo en ella luce mal, su maquillaje, pelo, busto. TODO. Christina no debería haber salido de su casa. En mi opinión es la PEOR vestida de la gala. Luego está Giselle Bundchen, la modelo brasilera que ya tiene un espectacular cuerpo en semanas, a pesar de haber dado a luz a su primer hijo. Fiel a su ánimo transgresor, la modelo optó por un modelito del niño genio Alexander Wang. Se ve REGIA, CURVILINEA Y REGIA, pero algo tiene ese vestido que me produce dolor de estómago. Luego está Demi Moore, quien se sumó a la lista de celebrities que eligieron la tela brillante (de esas que lucen baratas y feas) para ¿brillar? El modelo es de Lanvin y no me gustó nada. Por último January Jones, que fue vestida de YSL con un modelo que es una gran idea, pero mal ejecutado, y que, por cierto, no va en NADA con ese maquillaje.